Muchas veces, he leído y escuchado un consejo que tiene que ver con las decisiones. En teoría, tú determinas cómo sentirte en el día , o ante un problema y/o cualquier estímulo que active las emociones. Me parecía una práctica cliché y simple, hasta que, esta mañana, me dispuse a hacerlo mientras salía a correr. Me animé a contemplar y fluir y el resultado me sorprendió: Primero, rendí un kilómetro adicional a lo que regularmente hago en ese periodo de tiempo. Normalmente estoy muy pendiente de cada segundo, intervalo, etc., esta vez corrí como si estuviese en el patio del recreo; también me conseguí con una compañera de trabajo, a la que le tengo mucho aprecio, entrenando y en vez de solo subir la mano — como acostumbro —, la animé con aplausos para motivarla en su rutina de ejercicios y por último, el mango... En Venezuela, es temporada de mangos y las personan suelen tomarlos de los árboles. Mientras corría, estaban dos señores...
Bienvenidos a mi humilde morada.