
Mi religión no los va a sorprender, soy católica, la creencia predominante en Latinoamérica y en Portugal, el país de nacimiento de mis ancestros; practico también algunas enseñanzas budistas, wicca y astrología, pero me siento cómoda en general con Dios, Jesús, María y los santos —de hecho, mi santo favorito es San Juan Bautista y tengo mis propios rituales el día de su celebración y también me emocioné con la beatificación de José Gregorio Hernández—, no tanto con la iglesia como institución, pero creo que es bastante normal "pelearse" con la autoridad.
La base es sencilla, en la clase nos dijeron que "la religión es un grupo de creencias que se repiten y se sacralizan y que esto da paso a la fe". Yo crecí con la enseñanzas de mi mamá de rezar todas las noches, de admirar a una increíble mujer que trajo al mundo al Salvador, rezar el rosario que gira entorno también a ella para seguir adelante a pesar de los problemas, de agradecer el regalo de la vida, recibir los sacramentos, orar con mucha fe por mi país y los enfermos, etc.
En momentos cumbres de mi vida, nos unimos en familia y elevamos nuestras plegarias para ser escuchados por un ser superior; visité lugares santos en el país y de pequeña, presencié dos manifestaciones marianas que aún no tienen explicación, ni tampoco trascendencia en la historia de la humanidad, pero sí en la mía.
Mi fe me acerca al amor puro, sincero y desinteresado; también me brinda una sensación de bienestar y seguridad que no puedo describir. En general es sublime, pero poderosa; he podido ver la dulzura de mi mamá, la vulnerabilidad de mi papá, el poder de las palabras de mi hermana, la voluntad inquebrantable de mis abuelos, la ilusión en los ojos de mis primitos y ahijadas e incluso a un no creyente, unirse a este círculo a pesar de todas sus dudas. Quiero que mis hijos, si llego a tenerlos, tengan esa base tan poderosa de luz.
Eso es para mí la religión: la familia y también lo que me ha consolado ante el fallecimiento de mis seres más cercanos, la emigración obligada de las personas con las que más compartí y mi "cable a tierra" para no desistir en mi decisión de ser feliz.
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