La Navidad me dejó un mensaje simple: ¡Abraza a tu niño interior! No puedo decir que los planes fueron perfectos, ni que dejé de trabajar y tomé mis merecidas vacaciones. Pero, con los pocos que quedamos en el país, reímos, compartirmos, comimos, bailamos y nos divertimos en las fiestas. Las creencias espirituales, son parte del mood, sin embargo, no son obligatorias ¿Y si más allá de ver esta época como consumista, hipócrita y doctrinaria aprovechas la oportunidad de tener, cada año, una oportunidad de reencuentro con tu niño interior? La vida es tan noble y brinda oportunidades solo hay que saber encontrarlas y la Navidad, es más que obvia ¡Cada año!, cada año tu niño te visita para recordarte lo que te hace feliz, te da regocijo y trae júbilo ¡Aprovéchala!
Bienvenidos a mi humilde morada.