Ir al contenido principal

¡No soy una impostora!

 
Hoy quiero compartir con ustedes una parte muy significativa de mi vida: mi batalla contra el Síndrome del Impostor. Permítanme sumergirme en este tema y contarles cómo ha impactado mi camino, así como compartir algunas reflexiones sobre cómo superarlo. Vivir en una sociedad como la actual, donde se magnifica el concepto de éxito y se penaliza el fracaso, puede contribuir a generar un pensamiento infundado de que no somos lo suficientemente buenos.

    El Síndrome del Impostor es una sensación persistente de inseguridad y autodesvalorización, donde sentimos que no merecemos el éxito o los logros que hemos alcanzado. Es como si estuviéramos engañando a los demás y a nosotros mismos, esperando en cualquier momento ser descubiertos como personas incompetentes o fraudes.

    En mi vida, el Síndrome del Impostor ha sido un desafío constante. A pesar de mis logros y éxitos, he experimentado momentos de duda y cuestionamiento sobre mi valía personal. ¿Realmente merezco estar donde estoy? ¿Soy lo suficientemente buena? Estas preguntas han resonado en mi mente, afectando mi autoestima y minando mi confianza.

    Es importante destacar que el Síndrome del Impostor no discrimina, afecta tanto a hombres como a mujeres. Según el psicólogo y miembro de Top Doctors, Javier Álvarez, la presión laboral y la necesidad de demostrar valía y profesionalidad pueden contribuir a la aparición del síndrome, especialmente en el caso de las mujeres. Además, la prevalencia masculina en ciertos puestos directivos puede generar una sensación de no encajar. Es importante recordar que las mujeres, en general, tienden a tener una autoestima más baja que los hombres, lo cual puede convertirse en una defensa ante este trastorno, según Mar Cárdenas, directora del máster en Recursos Humanos de ESIC. Sé que este párrafo es muy debatible, pero decidí incluirlo porque así me sentí en algún momento de mi vida.

    Aunque pueda resultar sorprendente, incluso las personas que aparentan una gran seguridad, como Kim Kardashian, han admitido haber experimentado el Síndrome del Impostor. Esto demuestra que nadie está exento de enfrentarse a esta sensación de inseguridad y autodesvalorización.

    Pero, ¿cómo podemos superar el Síndrome del Impostor? Aunque es un proceso individual y único para cada persona, aquí hay algunos consejos que me han sido útiles:

  • No te compares: Evita compararte constantemente con los demás. Cada persona tiene su propio camino y logros únicos. Enfócate en tu propio crecimiento y desarrollo personal.
  • Valora tus logros: Reconoce y celebra tus logros, por pequeños que puedan parecer. Aprende a valorar tu progreso y esfuerzo, recordando que mereces el reconocimiento por tus logros.
  • Trabaja en ti mismo/a: Dedica tiempo a tu crecimiento personal y profesional. Aprende nuevas habilidades, busca oportunidades de desarrollo y confía en tu capacidad para aprender y crecer.
  • Habla con la verdad y vívela: Sé auténtico/a contigo mismo/a y con los demás. Actúa de acuerdo con tus valores y principios. Vive una vida congruente y fiel a ti mismo/a, sin tratar de impresionar o encajar en expectativas externas.
  • Optimiza tus fortalezas: Identifica tus fortalezas y habilidades únicas. Enfócate en desarrollar y utilizar esas fortalezas en tu vida y en tu trabajo. Reconoce que tienes mucho que ofrecer al mundo.
  • Valora cada detalle de tu vida: Aprecia tanto los momentos de alegría y éxito como los desafíos y sufrimientos. Cada experiencia te ha moldeado y te ha llevado a donde estás hoy. Aprende a darle valor a cada aspecto de tu vida, incluso a las dificultades.
  • Pedir ayuda no es signo de debilidad, sino de fortaleza: No tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites. Busca el apoyo de personas de confianza, ya sean amigos, familiares o profesionales. Compartir tus preocupaciones y miedos puede aliviar la carga y brindarte perspectivas valiosas.

    Recuerden, queridos lectores, que cada uno de ustedes es valioso y merecedor de éxito y felicidad. El Síndrome del Impostor es un desafío REAL, pero con autocompasión, aceptación y trabajo personal, podemos superarlo y vivir una vida plena y auténtica.

    Existen infinidad de artículos, cursos, profesionales dispuestos a ayudarnos cuando sentimos que no podemos salir del pozo ¡Vamos que si puedes! Busca ayuda, yo lo hice y mi vida cambió.


Fuentes:

"Tres de cada cuatro mujeres experimentan el Síndrome del Impostor en algún momento de sus carreras" (El País). Puedes acceder al artículo aquí.

"Combate el Síndrome del Impostor" (Platzi). Puedes encontrar más información aquí.

"Astro en vida real: aprendiendo a fluir" (Miastral). Descubre más en este enlace.

"Actuar con merecimiento" (Ismael Cala en Yahoo Finanzas). Lee el artículo completo aquí.

"Kim Kardashian: Todavía tengo el Síndrome del Impostor" (Metro World News). Encuentra más detalles aquí.

Comentarios

Entradas populares de este blog

César Vallejo: "Hay golpes en la vida, tan fuertes...yo no sé..."

César Vallejo (Perú, 1892-Paris, 1938) Los Heraldos Negros (1918) LOS HERALDOS NEGROS Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé. Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... Yo no sé. Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema. Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como un charco de culpa, en la mirada. Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé! (para escuchar video pisa este enlace: Poema "Heraldos Negros" )· Biografía (Wikipedia): César Abraham Vallejo Me...

Estoy despertando, finalmente

     Me despertaba cada día con un nudo en el estómago, y me acostaba cada noche sintiéndome que no había logrado nada. Trataba de seguir adelante, pero era difícil. Sentía que estaba atrapado en un laberinto, y no podía encontrar la salida.      Un día, olvidé tomar mis antidepresivos. No fue una decisión premeditada, simplemente lo olvidé. Pero, eso cambió todo.      Los primeros días fueron difíciles. Tenía cambios de humor, ataques de pánico, y me sentía muy cansada. Pero poco a poco, empecé a sentirme mejor. Empecé a tener más energía, y empecé a sentirme más feliz.      Ahora, llevo un mes sin tomar antidepresivos, y me siento mejor que nunca. Estoy más feliz, más sana, y más productiva. Estoy tan feliz de haber tomado la decisión de dejar de tomar antidepresivos.      Si estás luchando contra la depresión, quiero que sepas que no estás solo. Hay muchas personas que han pasado por lo mismo, y hay muchas per...

Mi ambición: mi paz

      ¿Qué pasa cuando tus horizontes son diferentes al del resto? ¿Qué pasa cuándo tus metas no son "ambiciosas"? Yo misma me juzgo ante un mundo en donde todos son super-personas porque tienen fama, éxito, dinero, poder, bienes, descendencia, etc. ¿Y si yo solo quiero tiempo y paz? ¿Es eso, en este mundo de exigencias constantes, como estar muerto? Quizá no sea la norma, pero para mí, tal vez sea el mayor signo de vida. Estar muerto, el misterio irremediable hacia donde todos vamos, sin excepción (por ahora), el cuerpo deja de funcionar y ya no podemos disfrutar (o no) de la presencia de un ser.     No quiero ser malinterpretada, porque quiero vivir y tener salud y sé que por ahí empiezan muchas cosas que vienen atadas a la disciplina. A veces me cuestiono cómo nosotros aspiramos a hacer crecer nuestra familia si como individuos, nunca llegamos a conocernos y satisfacer nuestras necesidades al 100%.  Con eso no quiero cerrarme a la posibilidad de cre...