He tenido unas semanas retadoras y mis emociones han sido una montaña rusa, tengo miles de pensamientos debatiendo sin mi permiso y no logro conseguir la tranquilidad, ni el foco —¡oh ansiedad, mi vieja y monstruosa amiga!—. Paralelo a eso, quedé en el tercer lugar de un concurso en Instagram y gané una taza muy especial para mi mamá y al día siguiente, sin quererlo, partí una de sus viejas tazas.
Yo creo en la señales, inclusive me dan miedo, porque el universo es tan neutral y sabio que resulta cruel. Parece que las tazas traen el aviso de dejar atrás a mi antiguo yo, que está convaleciente con todas sus inseguridades ya caducadas y darle la bienvenida a la nueva persona por la que he estado trabajando al menos por 5 años ¡Qué difícil!, porque a un moribundo no le puedes dar una patada, ni enterrarlo vivo porque sería un crimen; tienes que agradecerle, decirle que dio lo mejor de si, que alcanzará la paz, que siempre será una parte importante en tu vida, esperar hasta su último aliento y entrar en la etapa de duelo hasta superarla.
Si estás en una situación similar, abraza tu proceso —como yo intento hacerlo, con mucha dificultad— y no pierdas el foco porque lo mejor está por venir ¡Qué la fuerza te acompañe!
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