Últimamente he estado profundizando acerca de la filosofía estoica como práctica de vida y finalmente, comencé a encontrar consuelo y equilibrio en la manera en que percibo mi entorno con ciertos principios de esta corriente.
El estoicismo puede ser una práctica valiosa para aquellos que viven situaciones difíciles a nivel personal, social, económico, etc. o que tuvieron pérdidas importantes y atraviesan por el proceso de duelo. En mi caso aplican todas: vivo en Venezuela; más de la mitad de mi familia emigró; perdí a mi abuelo, mi segundo padre; convivo con enfermedades crónicas de mi padre, mi hermana y mi persona y sin contar con la pandemia de COVID-19.
No vengo a quejarme, ni a lamentarme porque los problemas son parte de la vida. Lo que sí está dentro de mis posibilidades es escoger cómo asimilo mi realidad y de allí, la primera enseñanza: Las cuatro virtudes cardinales del estoicismo:
✨Sabiduría: asimilo la complejidad con información, lógica y calma.
🌈Templanza: practico la prudencia, la moderación y el autocontrol en los diferentes aspectos de mi vida.
🔥Coraje: hago frente a mis retos diarios con integridad y claridad.
💫Justicia: trato a otros con respeto e igualdad a pesar de las circunstancias del entorno.
Es sumamente difícil, pero estoy practicando cada día y siento que sufro menos, que se acerca un poquito a lo que se supone vinimos a ser en este mundo: FELICES.
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